jueves, 26 de marzo de 2015

A los catorce, primero miedo.

Iba leyendo, distraída en la micro, una especie de boletín o magazine.
Me quedé pensando en una sola línea, "la calentura de los 14, esa que no necesita penetración"...
Evocar esa memoria corporal significa un esfuerzo tremendo, y es que pareciera ser que nunca más se sentirá así, así de simple. Nunca más el cuerpo te pedirá nada más que el preámbulo de un beso.
Uno se calentaba con todo.
Los cachetes bien rojos, manos sudorosas de una sola mirada.
Rosar su cuerpo con el brazo desnudo era lo más adrenalínico.
Un beso escapaba de las leyes de la razón.
Tomarse de la mano era una aventura salvaje.
Estar en silencio caminando miestras ya había oscurecido te dejaba con choques eléctricos durante horas.
Por qué todo era tan simple,
El tiempo parecía eterno
Los besos en la calle
La mano en las piernas
Cuerpos asolapados
Calor de niños
Manos peligrosas
Miradas sofocantes
Fuego en todas partes
5 minutos al extremo con un solo beso
Vivir al límite sin tocarse un pelo
Disfrutar de ese vínculo secreto, ese que no vuelve a ser el mismo, ese que no se vuelve a sentir, ese mismo que se queda con toda la dulzura y la inocencia.

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